En 1961, el mundo fue testigo de un momento histórico en la intersección entre la tecnología y la música: una computadora cantó por primera vez. Este hito fue alcanzado por la IBM 7094, por lo que se podría considerar la abuela tecnológica de Hatsune Miku.
Bajo la dirección de John L. Kelly Jr., Carol Lockbaum y Lou Gerstman, esta computadora interpretó la canción «Daisy Bell (Bicycle Built for Two)» utilizando un sintetizador vocal rudimentario. Aunque suena primitiva para los oídos modernos, este evento marcó el inicio de una revolución que culminaría décadas después con la llegada de artistas virtuales como Hatsune Miku.
La elección de «Daisy Bell» no fue casual. Esta canción de 1892, compuesta por Harry Dacre, era lo suficientemente sencilla como para ser procesada por los limitados algoritmos de la época. El resultado, aunque robótico, capturó la atención del público y los investigadores. Tanto así que inspiró la icónica escena en la película «2001: Una odisea del espacio» (1968), donde la inteligencia artificial HAL 9000 canta la misma canción mientras «pierde» su conciencia. Curiosamente, el nombre HAL es un guiño directo a IBM, desplazando cada letra del nombre una posición hacia atrás en el abecedario.
Ahora, avancemos casi 50 años hacia el futuro. En 2007, el mundo dio la bienvenida a Hatsune Miku, una cantante virtual desarrollada por Crypton Future Media. Miku, impulsada por el software de síntesis vocal VOCALOID, revolucionó la música al permitir que cualquier persona con acceso al programa pudiera componer canciones y darle voz. Su característica voz de soprano, su diseño icónico con cabello azul brillante y su presencia en conciertos holográficos la han convertido en un fenómeno cultural global.
Aunque en apariencia IBM 7094 y Hatsune Miku no podrían estar más alejados, comparten un linaje tecnológico que demuestra el avance exponencial en inteligencia artificial y sintetizadores de voz. Lo que comenzó como una demostración técnica en un laboratorio culminó en una estrella pop virtual capaz de llenar estadios. Mientras que la IBM 7094 entonó «Daisy Bell» con un sonido mecánico, Hatsune Miku puede transmitir emociones complejas y conectar con millones de fans en todo el mundo.
La comparación entre la IBM 7094 y Hatsune Miku también revela cómo ha cambiado nuestra relación con la tecnología. En 1961, una computadora cantando era poco más que una curiosidad científica. En cambio, hoy, Miku no sólo canta; también tiene una personalidad, una narrativa y un impacto cultural significativo. Representa no solo el avance tecnológico, sino también cómo la creatividad humana puede aprovechar estas herramientas para crear arte.
Así, podríamos considerar a la IBM 7094 como «la abuela» de Hatsune Miku, el precursor que allanó el camino para que la tecnología se fusionara con la música en formas que nadie podría haber imaginado. Desde la voz robótica de «Daisy Bell» hasta los vibrantes conciertos holográficos de Miku, este linaje es un testimonio del poder transformador de la tecnología en el arte.
Y quizá, si la IBM 7094 pudiera «ver» a su nieta virtual, estaría orgullosa de lo lejos que ha llegado su legado.
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